TACTO
La piel es el órgano del tacto.
Es el encargado de la percepción de los estímulos que incluyen contacto, presión, temperatura, dolor, entre otras.
Las fibras nerviosas de
todos esos receptores viajan al encéfalo a través de dos rutas. Parte de la información
pasa por la médula y el tálamo y de ahí a la corteza sensorial en el lóbulo parietal del
cerebro, que es donde se presume que surgen nuestras experiencias del tacto.
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